sábado, 10 de julio de 2010

EL TRANSPORTE

EL TRANSPORTE
Hasta la primera mitad del siglo XX el transporte en lo que es hoy el departamento de Córdoba se hacía a todo lo largo del río Sinú -desde Tierralta hasta Lorica-, y de allí a los puertos de la costa atlántica colombiana, especialmente Cartagena. Con la creación del departamento de Córdoba en 1951 -y el inicio de su vida administrativa el 18 de Junio 1952-, se inicio una era de progreso para la región y se adelantó la construcción de importantes tramos viales, como la Troncal de Occidente, lo que permitió entonces su rápida comunicación con los otros destinos de Colombia.
Montería cuenta desde el 20 de julio de 1938 con un puerto de atraque en la orilla derecha del río Sinu, a la altura de las calles 34 y 35, que durante su época de esplendor vivió una gran actividad tanto en el transporte de pasajeros como de carga. De esos tiempos, aún se recuerda la tragedia de la lancha Ciudad Bolívar -antes Montelíbano- que naufragó el 28 de septiembre de 1946 y en donde se ahogaron -entre otros- Fernando Corena, Everardo Cordero -con su esposa y dos hijos-, y José Chaker.
Antes -en 1843-, el escritor francés Luis Striffler nos describía a su llegada a Montería por vía fluvial, una albarrada artificial en ese mismo sitio, en donde se veían grandes embarcaciones cargadas solamente de naranjas que eran enviadas a Cartagena. Y era que cada casa se encontraba colocada a la sombra de un bosque de naranjos -según la narración de Strifller-. Hoy, del puerto queda muy poco, y el río sólo es surcado por los planchones y pequeñas canoas de remos.
LAS BICICLETAS
Otro motivo de curiosidad eran los millares de bicicletas que circularon en la ciudad hasta la década de los sesenta. Los principales establecimientos públicos tenían rejillas especiales para su parqueo y eran utilizadas por personas de todas las capas sociales. Se recuerda al ex gobernador Casio Obregón Nieto, quien hasta su muerte utilizó este típico medio de transporte.
Su bajo costo y mantenimiento, y la facilidad de uso y de parqueo, la convirtieron en el medio de transporte ideal. Se decía en esas épocas -para justificar su uso-, que Montería era muy grande para andar a pie y muy pequeña para andar en carro.

EL JEEP WILLYS
Los automóviles eran escasos y los taxis eran los famosos Jeep Willys. Sus calles sin pavimentar eran poco atractivas para la inversión en los modernos automotores, que ya circulaban en otras capitales de Colombia. El campero -o Jeep, como se arraigó en el decir de las gentes-, fué el modelo escogido por su capacidad de trabajo en caminos difíciles. Posteriormente las marcas Toyota y Nissan llegarón para hacer compañia a los legendarios Willys.
En las temporada de lluvias, en que los caminos eran poco menos que intransitables, se popularizó el uso de las "cadenas" en las llantas de los camperos para aumentar su tracción. El binomio "doble transmisión" y "llantas encadenadas" hacían posible el milagro de llegar a casa en una noche de tormenta.
El Puerto
En una primera etapa, aproximadamente hasta 1952, la mayor actividad del transporte de carga y pasajeros se concentró en el río Sinú. Una parte se hacía entre las diferentes localidades apostadas en sus orillas, como Tierralta, Montería, San Pelayo, Cereté y Lorica. Pero el mayor comercio a través del río se hacía con la ciudad de Cartagena de Indias, principalmente por medio del puerto de Lorica
El Puerto de Montería siempre ha estado localizado sobre la Avenida Primera, en el tramo entre las calles 34 y 36. Inicialmente era una albarrada sobre la parte más alta de la ciudad y en donde el río es más profundo. De esos tiempos queda el testimonio escrito de Luis Striffler, quien narra a su llegada a Montería en 1844 y cuenta que las orillas estaban completamente sembradas en naranjos.
De Cereté nos trasladamos a Montería, último punto habitado. Este pueblo igualmente abrigado por una albarrada artificial, presenta una vista más pintoresca que los demás pueblos de la costa, que en general no se revelan al viajero más que por una aglomeración confusa de techos pajizos en que ninguna verdura alegra la pinta blanquizca o cenizosa. En Montería, a lo menos, cada casa se encuentra colocada a la sombra de un bosque de naranjos. Existen tantos de éstos últimos, que las frutas de ellos sólo abastecen el mercado de Cartagena. En el tiempo de la cosecha se ven grandes embarcaciones cargadas solamente de naranjas que llegan al Zapote para de allí ponerse a la vela y seguir la costa hasta Cartagena."
El 20 de julio de 1938 se inauguró en el mismo lugar el nuevo puerto de atraque, un muelle en cemento con amplias escalinatas, construido por el ingeniero monteriano Víctor Tribiño Herazo, obra que aún permanece en nuestros días. Hoy, del puerto queda muy poco, y el río sólo es surcado por pequeñas canoas de remos y por los planchones que hacen el cruce diario de pasajeros entre los dos sectores de la ciudad.
De esos tiempos, aún se recuerda la tragedia de la lancha Ciudad Bolívar -antes Montelíbano- que naufragó el 28 de septiembre de 1946 y en donde se ahogaron -entre otros- Fernando Corena Avilés, José Chaker y Everardo Cordero, con su esposa y dos hijos.
Posteriormente, con la apertura de la carretera Troncal de Occidente se abrió paso al transporte en camiones y buses, por lo que el río Sinú dejó de ser la arteria fluvial del pasado.

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